Con la llegada de Cristiano Ronaldo, el Manchester United se posicionaba como firme candidato para ganar la Premier League e, inclusive, para luchas por la Champions. La realidad, como de costumbre, ha despertado del sueño a los aficionados reds y ha envuelto en un infierno al técnico Solskjær y su plantilla.
Primer desajuste, primer gol
El Manchester United comenzó con un 1-4-2-3-1 con Fred y McTominay en el doble pivote; Bruno Fernández descolgado en la media punta; y Rashford y Cristiano Ronaldo intercambiando la posición de extremo Izquierdo y delantero.
Ante esto, Klopp no varió su sistema habitual, el 1-4-3-3, para generar superioridad en el medio del campo y a la espaldas de los extremos rivales.
En el minuto 4 ya se produjo el primer desajuste grave de la defensa local. Wan – Bissaka sigue mostrando sus debilidades defensivas. Jota, Firmino y Robertson se juntaban en banda izquierda para atacar al lateral inglés en superioridad.
Robertson es capaz de filtrar un pase ante la presión tenue de Greenwood y ya se genera un ataque vertical del Liverpool. La introducción de Firmino en el once inicial del Liverpool se entiende en esta jugada a la perfección: en la imagen dos el delantero brasileño recibe entre el medio del campo y Lindelöf creando dudas al central sueco.
La jugada acaba con un gol de Keïta que no es seguido por ningún jugador rival. La incorporación de centrocampistas al ataque por parte del Liverpool fue una constante durante todo el partido.
El mayor error del partido
Con el 0-1 en el marcador, el Manchester United pasa a colocarse en un sorprendente 1-4-4-2, un grave error. Bruno Fernández denota su falta de rigor defensivo en banda izquierda, la cual no es su posición. Ni Rashford ni Cristiano Ronaldo aprietan en ningún momento a Henderson, que se mete entre los centrales para sacar el balón jugado.
Es abrumador pensar que en el minuto doce de partido el Liverpool es capaz de pisar área rival con más jugadores que el equipo rival. El equipo de Klopp realiza transiciones muy rápidas una vez consigue superar la primera línea de presión. A parte del trabajo de Firmino, Jota y Salah por dentro, la falta de sacrificio de los jugadores del United hace que cualquier jugador blanco que se incorpore desde atrás al ataque entre totalmente solo.
Interesante como el equipo inglés de Liverpool se despliega en ataque. Una vez superan ¾ de campo rival, los centrocampistas y laterales atacan indiscriminadamente. Henderson y los dos centrales, en este caso Virgil van Dijk Konaté, se quedan cerrando la defensa.
Inferioridad constante en los laterales
En el minuto 37 se vuelve a cometer el error del primer gol. Fernández salta a por Arnold en campo contrario y ningún jugador más lo acompaña. El 1-4-4-2 se convirtió en un 1-4-2-4n con líneas muy separadas. Shaw está demasiado enterrado y hace que Fred tenga que salir a banda en inferioridad.
Firmino realiza una conducción hacia dentro y se recorre toda la frontal de área sin apenas rivales que le salgan a su paso. Después de una pared final entre Jota y Salah, un rechace hace que el balón llegue a Keïta y este centre al borde del área pequeña.
La definición de este partido es la posición de Salah en las fotografías tres y cuatro. En la número tres vemos como el delantero egipcio está por detrás de Maguire, Shaw y McTominay. Apenas unos segundos después, Salah remata solo y por delante de los tres defensores.
Afortunadamente para los amantes de la táctica, el fútbol actual exige que en un equipo exista una sinergia defensiva entre todos sus componentes. Ya no se puede jugar con atacantes que se queden descolgados, ni con mediocentros que no sigan a su marca, ni con defensores que no tengan intensidad. El Manchester United debe exigirse más en defensa para mejor su situación, si no lo hace, le costará meterse en puestos Champions.
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