La recta final de campeonato se torna apasionante con una tensión inaudita desde hace años
Tengo la sensación de haber vivido un déjà vu mientras veía el Gran Premio de Italia de Fórmula 1. Esta expresión francesa hace alusión a algo que ya ha pasado, literalmente a algo ya visto. Lo ya visto, lo ya vivido, lo que ha existido durante décadas son las batallas entre dos grandes deportistas. Sin embargo, estas rivalidades se recrudecen cuando son protagonizadas por pilotos especiales, por pilotos con un aura especial. Hunt y Lauda; Schumacher y Alonso; Hamilton y Alonso; y ahora, en 2021, Hamilton y Verstappen.
Desde el accidente de Max Verstappen en el Gran Premio de Gran Bretaña se respira un ambiente de tensión en el paddock de la F1. Como si una chispa fuese a crear un gran incendio, como si la mecha estuviese a punto de acabarse, como si una mala historia ya estuviese escrita. Para sorpresa de nadie, así fue. En la vuelta 26 se produjo la tormenta perfecta.
Foto: @DAZN_ES
En la vuelta anterior, el holandés tuvo una de las peores paradas de la temporada. Los 11 segundos agónicos que duró hicieron que Lewis Hamilton entrase para ganarle posición con unos neumáticos más duros. Mercedes volaba y Hamilton sacó su martillo para asestar un golpe sobre la mesa.
Por unos segundos todo el mundo enmudeció, se respiraba una tensión insostenible cuando se comprobó que el piloto de Mercedes saldría de boxes justo a la altura de Verstappen. Hamilton lo arrinconó todo lo posible y más, aún así Max no levantó y trató de coger el interior de la curva dos con la mala fortuna de tocar una de las bananas interiores. Acabó con los dos pilotos fuera de pista, uno encima del otro y con la rueda trasera derecha del coche austriaco muy cerca de la cabeza del inglés.
El silencio, la tensión y la expectativa se convirtió en incredulidad ante lo que estaba pasando. El incendio estaba activo, más ardiente que nunca y plasmado en una de las imágenes más icónicas de la historia de la F1.
Verstappen defiende que no le ha dejado espacio en ningún momento y que le ha estrangulado hacia la izquierda. "Yo solamente quería seguir hasta la segunda curva, pero no había espacio para mí, por eso nos hemos acabado tocando", ha sentenciado.
Por otro lado, Hamilton ha afirmado que estaba por delante del piloto de Países Bajos en la primera curva. En su apoyo, y echando más leña a la batalla entre Red Bull y Mercedes, Toto Wolff, director ejecutivo de los alemanes ha denominado la acción de Max como una “falta táctica”.
Cuando ya todo parecía aclarado por ambas partes, la FIA, tarde y mal, como de costumbre, decide imponer una sanción de tres posiciones en parrilla para Verstappen en el Gran Premio de Rusia. Una penalización exagerada, desmedida y que adultera uno de los mejores campeonatos de los últimos años.
Aunque parezca que esto acaba, que la rivalidad a alcanzado su punto álgido, tan solo hace falta mirar la clasificación para ver que esta guerra se volverá más y más salvaje. Cinco puntos distancian a dos bestias, a dos animales que quieren cazar, a los nuevo Senna y Prost, y no pararan hasta conseguir la victoria sobre el otro.
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